Esplendor, color y riqueza geológica de cientos de millones de años constituyen el magnificente paisaje de Quebrada Las Rosas

Ubicada en la localidad de Maimará, distante a unos 82 kilómetros de la capital jujeña, esta quebrada expone la historia geológica de esta parte del planeta y su constate evolución.

Además de su riqueza cultural expuesta en festividades como el Carnaval o la Pachamama, Maimará goza de ser uno de los pueblos más pintorescos de la Quebrada de Humahuaca, gracias a la naturaleza viva que lo circunda. Dentro de esa naturaleza se encuentra este nuevo circuito de  Quebrada Las Rosas, en donde uno de los puntos más atractivos, a primera vista, es la belleza de los colores de las rocas que conforman algunos de sus cerros, en un paisaje cuya apariencia actual se plasma a partir del ascenso de la Cordillera de los Andes hace unos 35 millones de años atrás.

Para poder conocer más a fondo toda esa historia geológica que confluye en este sitio, desde el municipio local se realizó un estudio a cargo del geólogo Lalo Barber, a fin de que el turista, aparte de maravillarse con el entorno ambiental del circuito, “pueda conocer algo más de la conformación de los cerros, sus colores y su antigüedad”, tal cual lo señaló, Luis Zerpa, Director de Turismo de la Municipalidad de Maimará. Todas esas “referencias científicas” aportadas a través de este estudio son expuestas en el trayecto del recorrido del circuito en carteles informativos que van explicando las distintas eras y periodos geológicos en las que se produjeron cambios significativos que fueron transformando el ambiente geográfico y determinando la diversa coloración de los cerros. Un trabajo que hace que este circuito en particular se diferencie de otros similares, ya que cuenta, como bien lo apuntó Zerpa, con “la explicación de la parte geológica”. Algo que le otorga un plus esencial, porque como referenció, Susana Prieto, Intendente de la localidad de Maimará, “a veces no solo se trata de recorrer los lugares sino también tener ese conocimiento de saber en qué lugar estoy, como viene esa historia, por eso es importante la parte paleontológica que va de la mano con el turismo rural”.

Un conocimiento que, en este caso, resulta asombroso, puesto que en base al estudio geológico que se hizo en el lugar, se han podido saber datos más que interesantes, como que el color rojo preponderante en las rocas de uno de estos cerros se debe a la oxidación de sedimentos con hierro, que datan del periodo Cámbrico (538 a 485 millones de años) en un ambiente marino costero. Un registro que marca que este sitio en la antigüedad, fue, como acentúo Zerpa, una “zona de litoral marítimo”, un área de transición entre la superficie terrestre y el mar. Testimonio de esto son las ondulitas que pueden observarse con solo dirigir la vista hacia lo alto, en donde ha quedado gravado en esa estructura de rocas coloridas ese proceso dinámico e intenso que produce el agua al golpear la costa, dando forma a un paisaje único originado hace millones de años. La disposición de esas estructuras rocosas apuntando hacia el cielo y separadas por el lecho de la quebrada, impresiona y da rienda suelta a la imaginación, de que, tal vez, en el lugar se produjo una especie de cataclismo, que evaporó o filtró el agua y separó esa zona costera en dos fracciones.

Otro dato significativo que aportó Luis Zerpa es que se puede observar la presencia de “estromatolitos petrificados” incrustados en algunas rocas, añadiendo que “son registros de las primeras plantas del planeta, como tipo de algas de la zona costera”. Además, otra información relevante es que en las rocas de color amarillo que conforman una de esas estructuras y que datan del periodo Cretácico, que duró aproximadamente 79 millones de años, iniciando hace 145 millones de años y terminando hace 66 millones de años, se observan la existencia de Icnitas (pisadas) de dinosaurios. Un dato que no resulta descabellado puesto que el Cretácico fue el periodo de apogeo de los dinosaurios que dominaban los mares y los continentes. Solo imaginar la presencia de esos colosales animales millones de años atrás, hace que este sitio cobre una importancia significativa, porque si hay vestigios de su paso por el lugar, seguramente con el correr del tiempo puedan aparecer hallazgos aún más trascendentales.

Toda esta información de la riqueza geológica enaltece el esplendor natural que rodea el circuito Quebrada Las Rosas, con cerros de distintas tonalidades, que van desde el amarillo, el anaranjado, y el rojo que contrastan y se superponen con los de color ocre conformados de tierra y piedras. Esa amalgama paisajística hace que al acercarse a las estructuras rocosas coloridas el color de las mismas se intensifique y resalte aún más su belleza cromática. Es un sitio que, tal como manifestó la Intendente Susana Prieto, “te conecta mucho con la naturaleza”, y permite “una caminata en familia” por su baja dificultad para transitarlo, puesto que el sendero se encuentra en muy buenas condiciones.

En cuanto a la flora presente en el lugar se pueden apreciar, por ejemplo, los típicos cardones que son el símbolo de los paisajes quebradeños y puneños de Jujuy, también hay churquis, que es un árbol de mediana altura, espinoso, con ramas de un color verde claro.  Además al llegar al mirador en lo alto del circuito se pueden divisar los campos de cultivo dispersos en distintos sectores del pueblo, evidenciado la actividad agrícola que se desarrolla en el lugar . También se puede contemplar de cerca el cerro Paleta del Pintor que “caracteriza a Maimará” y que visto desde otra perspectiva, como ser desde el puente Pachamama, se puede observar la armonía de colores repartidos como pinceladas que le hacen honor a su nombre.

El sustento turístico de Maimará está vinculado al desarrollo del turismo rural, con circuitos como éste que tienen un mínimo impacto ambiental, cuidando de esta manera el ecosistema natural, una forma de trabajo que le ha valido a Maimará ser distinguida en la Feria Internacional de Turismo 2024, como “Municipio Turístico Sostenible».

Cómo llegar al circuito

Para llegar al circuito Quebrada Las Rosas se debe ir hasta el puente Pachamama que cruza el Río Grande, al final del mismo se debe tomar hacia la izquierda hasta el cartel que indica “Camino a  la Virgen de Punta Corral”. Por ese sendero se debe continuar tomando como referencia los carteles indicativos del camino a Punta Corral para  llegar al punto inicial del circuito, en donde se encuentra un cartel informativo de todo el recorrido. El cual, tiene la opción de hacer el trayecto en ambas direcciones, tomando el sendero de la derecha o de la izquierda, ya que, ambos caminos confluyen en el mismo punto de partida. Se recomienda comenzar por el sendero de la izquierda para ir de a poco nutriéndose con la información geológica y culminar en lo alto del mirador con una vista panorámica que expone la virtuosidad natural de la que dispone Maimará.

El recorrido del circuito dura aproximadamente unos 40 minutos, es de dificultad baja, con la particularidad de ser autoguiado, o sea que se puede ir solo, pero se recomienda ir con guía local para enriquecer lo que es la visita con datos aleatorios inherentes a la cultura y la forma de vida de los pobladores del lugar. Otras recomendaciones son llevar agua para hidratarse constantemente, y alguna fruta, gorra, y hacer el recorrido en horas de la mañana hasta el mediodía, ya que durante la tarde el fuerte resoplido del viento dificulta la estabilidad, sobre todo en el mirador.

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