En el Encuentro de Copleros organizado por la Municipalidad de Tilcara, el cual tuvo una importante convocatoria porque llegaron copleros de distintos puntos de la provincia (Valles, Puna y Quebrada) y de Salta, quedó expuesto el grado de relevancia que este canto tiene como sinónimo de integración entre los pueblos en la actualidad. Un canto que es también la expresión genuina de momentos de la vida, expresando sentimientos, penas y alegrías vividas.
Tilcara es el epicentro de la Quebrada de Humahuaca y del camino que cruza desde la Puna hacia los Valles por Huichaira y el Río Huasamayo. La ciudad arqueológica desde su existencia se fue poblando con distintas corrientes migratorias, la más fuerte siempre fue la de los Valles Altos, la que de cierta manera ha marcado la identidad de los pobladores; alegres, activos, inquietos, siempre dispuestos al comercio y abiertos a nuevos habitantes. Los Vallistos, denominados así por su procedencia, fueron con el tiempo asentándose en Tilcara, exponiendo sus formas de vida y con ello sus expresiones culturales como el caso de la Copla, que además de ser, para ellos, la exteriorización de los sentimientos es un canal de comunicación porque los vincula con cantores de otras regiones. Creando un vínculo de unión, de amistad y en ciertos casos hasta de enamoramiento. Llegaron para quedarse, echaron sus raíces, pero no dejaron de lado su identidad aun cuando sus hijos adoptaron nuevos aires culturales.
En el Encuentro de Copleros se produce una mezcla incesante de tonadas y matices manifestada en el canto de la copla y quienes tienen mayor predominio son aquellos que a través del tiempo mantuvieron intacta su esencia. Por excelencia son las personas que llegaron de los Valles Altos y sus descendientes porque ellos desde niños cantan coplas constantemente en sus quehaceres diarios. Para ellos la copla es parte de sus vidas.
“Tilcara ha sido poblado por mucha gente de los diferentes Valles” aseguró la intendente Sonia Pérez, cuya familia es originaria de esa región. “En otros tiempos solo se llegaba por caminos de herradura y mucha gente de los Valles al trasladarse a Tilcara no podían volverse en un día, entonces siempre venían y se quedaban un día, hacían sus compras y al día siguiente regresaban. Así siempre fue la vida de la gente de los Valles” indicó. Ese trajinar de los Vallistos ha devenido en que muchos de ellos decidieran quedarse a vivir en Tilcara.
“No quiere decir que es una vida tan sacrificada. Creo que el camino puede ser dificultoso, lento, pero vivir en el Valle es vivir diferente. Allá se está en pleno contacto con la naturaleza, la gente siembra, tiene sus animales, vive de lo que tiene” describió Sonia.
En la soledad de lo alto, allá en los cerros, el propio canto y el eco son la única compañía, es sinónimo de estar vivo, por eso, “siempre nos aferramos a la copla” agregó, detallando además que “la copla sigue siendo parte de nuestra identidad. Nosotros como habitantes de los Valles no tenemos una tonada de invierno o de verano como lo hace Salta, por ejemplo. Nosotros la tonada que tenemos la aplicamos en el tiempo que queremos. Sí está la diferencia en el uso de la caja. Se usa caja hasta el Miércoles de Ceniza o hasta Carnaval Chico, después no. En la Quebrada he visto que se usa la caja, pero en los Valles es diferente. Eso todavía se mantiene en algunas casas. Son particularidades que tiene cada región, cada paraje, cada localidad. En el Valle si cantás es porque salís al campo o porque tenés ganas de hacerlo. La gente de los Valles Altos de Tilcara es muy respetuosa al respecto”.
Ellos mantienen sus costumbres y tradiciones casi en forma inalterable. Su identidad es su orgullo y en las ruedas de coplas exponen a través del canto que están presentes porque “son los matices los que se destacan, nosotros tenemos una variedad de tonadas, aun cuando el ritmo de la copla va a mantener los ocho compaces, la rima, pero la tonada es diferente. Cada región tiene su particularidad, pero a pesar de eso siempre tratamos de mediar la voz, la rapidéz con la que cantamos y tratamos de sacar en la rueda lo mejor de nosotros” puntualizó la intendente que desde muy niña canta y en la actualidad lo sigue haciendo con mucha pasión porque como ella dice “es parte de la identidad”.
“La Copla se va transmitiendo de generación en generación y no hace falta que haya un taller de coplas o una escuela de coplas. Depende de cada uno, observás, escuchás, practicás y cantás. Cantar una copla es cuestión de práctica. Todas las coplas siempre tienen un mensaje. Los contrapuntos también. Entonces la copla es parte de la vida”, porque como mencionó Sonia cantar coplas, “para nosotros es natural. La gente anda cantando al buscar sus animales. Desde que se nace uno vive cantando porque es parte de nuestra vida”.
Y en ese sentido Tilcara se destaca porque sigue manteniendo año a año un espacio en el cual está presente el canto de la Copla, enmarcado en la libertad de cantar, de hacer vínculos con otros copleros, siempre dentro del marco del respeto. Y en el cual lo único que prevalece es seguir manteniendo la identidad cultural que los determina, con sus tonadas y matices, en un canto que es parte vivencial de su esencia.
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