La Garganta del Diablo es la mayor atracción natural de Tilcara

Este circuito ubicado dentro de la Quebrada de Humahuaca en Jujuy y muy cerca de la ciudad arqueológica, es uno de los más visitados por el turismo nacional e internacional durante cualquier época del año.

La ciudad de Tilcara situada en plena Quebrada de Humahuaca tiene el privilegio de tener diversos circuitos turísticos que circundan al pueblo, en los cuáles se puede apreciar no solo la belleza de la naturaleza, sino la inmensidad de la misma.

Uno de esos circuitos es la Garganta del Diablo, la cual posee la particularidad de que, quienes se acercan a conocerla, son atraídos por dos razones, una es extasiarse al llegar al lugar con la impresionante dimensión de esa cadena rocosa; la otra es tratar de descifrar el enigma que encierra su nombre.

El circuito se encuentra en lo alto de uno de los cerros que circundan a la localidad, a unos 400 metros del pueblo que se encuentra a unos 2465 msnm mientras que la Garganta del Diablo está situada a unos 2890 metros sobre el nivel del mar. El trayecto puede hacerse caminando o en vehículo por un camino que cuenta con carteles indicativos. Si se opta por realizar el recorrido a pie, el tiempo que se tarda para llegar es de unas dos horas ya que el camino presenta una pendiente bastante elevada de varias vueltas. Aquellos que quieran evitar el extenuante cansancio que provoca el ascenso y no cuentan con un vehículo particular pueden hacer el trayecto de subida en remiss, que son los autos de alquiler que se pueden tomar en la plaza central de Tilcara.

Para ingresar al circuito de la Garganta del Diablo se debe abonar una entrada a la Comunidad Aborigen Ayllu Mama Kolla, cuyos integrantes son quienes resguardan el paseo manteniéndolo limpio, señalizado y bajo medidas de seguridad; por este motivo existen barandales en algunos sectores del recorrido que resultan peligrosos.

Las dimensiones de los cerros que conforman la Garganta son realmente impresionantes, con una altura de alrededor de doscientos metros. Sólo mirar ese inmenso y rocoso escenario provoca vértigo y admiración, no solo por la magnitud que presenta ese macizo sino también por sus colores que van desde el ocre, el azul verdoso y un azul profundo, tan profundo como los surcos que la lluvia y el viento le han provocado en sus laderas. Todo el lugar en sí es atractivo, porque frente a esa majestuosa montaña, en donde se encuentran los senderos por donde se transita, se sitúa el sistema de canalización del agua de la Garganta, y el cual está conformado por una acequia que desemboca en un túnel que pasa por debajo de la montaña, una obra de ingeniería que sirve para abastecer de agua a todo el pueblo de Tilcara.

Su nombre resulta enigmático, tal vez, esa designación tan particular se deba a que sus laderas que muestran escarpadas hendiduras, en ciertos lugares desembocan en un hueco, asemejándose a la fisonomía de una tráquea humana. Sin embargo algunos lugareños aducen que su nombre se debe a que es un lugar de Mal Paso por el que no se debe transitar solo en ciertos horarios, como ser en boca de oración, que es el momento en el que se vislumbra el último halo de luz del día que da paso a la oscuridad de la noche, o también después de la medianoche.

Cascada Natural de la Garganta del Diablo

La Garganta del Diablo posee además otro lugar fascinante que se encuentra no muy alejado del circuito central, pero que no está al alcance de la vista, sino que permanece oculto, resguardado por la infinita extensión del paisaje. Ese lugar es la Cascada Natural de la Garganta del Diablo, que se encuentra a tan solo unos 300 metros del circuito de la Garganta del Diablo,  o sea a unos 20 a 25 minutos de caminata.

Al salir de la Garganta del Diablo, a unos cinco minutos de trayecto el camino se bifurca en dos quebradas, allí hay que continuar por la izquierda. El recorrido se hace por la huella del río por lo cual no existe un camino demarcado, solo hay que guiarse por el arroyo de agua cristalina que viene de la Cascada.

El tramo a recorrer hasta la Cascada presenta algunas dificultades, ya que, al tratarse del lecho de un río el suelo está plagado de piedras sueltas de distintos tamaños, además porque el arroyo se moviliza de un extremo a otro de manera serpenteante, ocasionando que en ciertos tramos haya que cruzar de un lado al otro saltando o pisando las piedras que se colocan para facilitar el paso de los caminantes. Una acción que hay hacerla con cuidado ya que hay piedras que se tornan resbaladizas por el permanente contacto con el agua, por lo cual lo recomendable para los turistas es caminar despacio, observando continuamente donde pisar,  y llevar bastones para utilizar en esta caminata.

Mientras se camina se puede observar las huellas del agua que han demarcado ciertos sectores provocando surcos en las laderas del cerro, que son la evidencia de las fuertes tormentas que se producen en la zona durante la época estival. La erosión pluvial también ha dejado al descubierto en ciertos sectores la real consistencia de estos macizos tectónicos, que esconden bajo la capa de tierra que los recubre su verdadera conformación rocosa.

Dentro de la vegetación existente en el lugar predominan los cardones de diversos tamaños, algunos de ellos secos y ya transformados en madera, y que permanecen en ese estado gracias al cuidado dispensado por los integrantes de la comunidad originaria. También existe una especie singular, la Amara, que es una cactácea que se origina en las piedras y que está conformada por cientos de puntas que se asemejan a una estrella.

Al llegar a la Cascada Natural se descubre la conjunción entre la inmensidad y la sonoridad de la naturaleza, ya que se unen la espectacularidad de ese salto de alrededor de treinta metros, con la fuerza explosiva del agua al golpear contra las rocas. Ver caer el agua con tanta determinación provocando un sonido ensordecedor, es una sensación única, es energía viva, es la naturaleza misma en su máxima expresión. El agua de la cascada es helada, una temperatura que se debe a que la Cascada se nutre de las aguas de deshielo que fluyen de los cerros que se encuentran más arriba.  Otra particularidad de este ecosistema excepcional que se da en las alturas es el poder contemplar y escuchar el trino de las distintas especies de pequeñas aves que han conformado sus nidos alrededor de la Cascada.   Por todo esto la Garganta del Diablo y su Cascada Natural son circuitos para admirar, no solo en su belleza natural, sino también en la virtuosidad de generar sensaciones únicas.

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