Cada manifestación, ya sea, religiosa, cultural o comunitaria, se vive en un contexto festivo, en donde la música particular de cada una de ellas es parte fundamental de la esencia de las celebraciones.
La música es un vínculo universal que entrelaza y conecta mágicamente a personas de diversos orígenes y puntos geográficos haciendo de nexo intangible transmitiendo historias, emociones y cultura a través de los sonidos. En Bolivia la música es un elemento infaltable en cada manifestación ya sea popular o familiar, y por ende los músicos son protagonistas de todas las celebraciones. Por esto desde el 2018, el 22 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Música y del Músico en Bolivia, un reconocimiento instaurado por decreto supremo. Una fecha que coincide con el Día del Músico a nivel internacional en conmemoración de la muerte de Santa Cecilia, Patrona de los músicos.
Santa Cecilia fue una noble romana convertida al cristianismo y martirizada porque consiguió que varias personas se convirtieran a la religión católica. Era hija de un famoso senador del siglo III y vivió entre los años 180 y 230, época del emperador Cómodo momentos previos de la Crisis del Siglo III. Su padre la obligó a casarse con Valeriano, un matrimonio no consentido por ella, incluso la histria cuenta que durante su noche de bodas se negó a mantener relaciones sexuales con su esposo debido a que había abrazado el cristianismo y se había consagrado a Jesús bajo voto de castidad.
En la vivienda de la pareja el Papa Urbano I llegó a bautizar a 400 personas lo que atrajo la atención del Prefecto de Roma, Turcio Almaquio, que atrapó a Cecilia y Valeriano poco después y se propuso conseguir que confesaran su traición al gobierno romano. Es más su esposo fue asesinado por los romanos por orden del Prefecto, quien además sometió a Santa Cecilia a martirio para que admitiera el asesinato de su cónyuge. Se dice que en un principio fue condenada a morir ahogada en el baño de su propia casa, sobrevivió, luego fue hervida viva y como no funcionó, al final, fue decapitada. Fue denominada Patrona de los músicos porque en la noche de la boda, mientras los músicos tocaban y los invitados se divertían, Cecilia se sentó en un rincón a cantarle a Dios en su corazón y a pedirle que la ayudase. El Papa Gregorio XIII en 1594 la nombró Patrona de los Músicos.
El festejo por el Día de la Música comenzó un 22 de noviembre con un evento realizado en Evreux, Normandía en el año de 1570 en un torneo de compositores de la época. Más tarde, desde 1695 en Edimburgo se comenzó a celebrar con cierta regularidad, luego siguieron otros países como Francia, España, Alemania, entre otros. Ya en el Siglo XX, entre los años de 1919 y 1920, se extendió a Brasil, hasta expandirse en el resto de América.
En Bolivia las autoridades del Ministerio de Culturas y Turismo y de la Confederación de Artistas Unidos de Bolivia aprobó el decreto gubernamental del 2018 generando una celebración que cada 22 de noviembre en las primeras horas de la mañana las agrupacines de músicos concurren a misa, luego de salir de la iglesia se reunen en un espacio público a compartir bebidas y saludarse, y posteriormente cada grupo o banda se retiran a sus locales donde comparten un almuerzo y bailan durante varias horas. Estas fiestas son solventadas por los Pasantes, responsables de todos los festejos de cada agrupación de músicos o bandas de música.
Durante esa jornada también se llevan a cabo las tradicionales entradas en las cuáles los músicos tocan y bailan por las calles de las distintas localidades de Bolivia en donde se celebra las Fiesta en honor a Santa Cecilia. La algarabía contagiante de la música que ejecutan sumado al colorido de los trajes hacen de esta celebración un escenario impactante e imperdible.
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