Actualmente se denomina Carretera Libertador General San Martín y une las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, San Luis y Mendoza, formando parte de uno de los más importantes corredores bioceánicos del país.
Recorrer esta carretera significa atravesar el territorio argentino de este a oeste de su extensión, pasando por diversos paisajes de la geografía argentina, como pampa, llanura y montaña, por ejemplo, partiendo desde la ciudad de Buenos Aires hasta llegar a la frontera chilena. Esta particularidad sumada al hecho de ser una de las principales vías terrestres de conexión internacional entre Argentina y Chile la han transformado en una de las carreteras con un alto caudal de tránsito de automóviles y principalmente camiones para el transporte de cargas.
Trazado de la Ruta Nacional N° 7 y sus orígenes
La Carretera Libertador General San Martín tiene una extensión de 1224 kilómetros y nace a nivel de la Avenida General Paz (arteria que constituye el límite entre la Ciudad de Buenos Aires y la provincia homónima) y muere en la provincia de Mendoza a nivel del portal argentino del Túnel Cristo Redentor de la frontera chilena. En su trayecto pasa por localidades bonaerenses como Moreno, Luján, Carmen de Areco, Junín, prosiguiendo en la provincia de Santa Fe por Rufino, entre otras, atravesando el sur de Córdoba por pueblos como Laboulaye y Vicuña Mackena. En la provincia de San Luis continúa su recorrido pasando por ejemplo por la ciudad de Villa Mercedes, hasta desencadenar su trazado en la provincia de Mendoza en donde cruza por localidades como San Martín, Luján de Cuyo, Uspallata y culminar en Las Cuevas, punto limítrofe con Chile.
Sus orígenes se remontan a la época de la colonia, tiempos en los cuales este trazado era denominado con el nombre de Camino Real del Oeste y el cual era utilizado para realizar el recorrido desde Buenos Aires, pasando por San Luis y Mendoza y llegando a Santiago de Chile.
La Ruta Nacional N° 7 pasa por el sur de Córdoba y el centro de San Luis, lugar que se encuentra caracterizado por los «Fortines», que eran construcciones realizadas con troncos de árboles y que tenían por finalidad la extensión de las fronteras del campo en la mal llamada «Conquista del desierto». Una campaña militar realizada entre 1878 y 1885 por Julio Argentino Roca sobre territorios mapuches, ranqueles y tehuelches, considerado en ese entonces como «territorio del desierto» y que incluía por ejemplo a las localidades cordobesas de Vicuña Mackena y Laboulaye, entre otras, como así también a la ciudad de Villa Mercedes en la provincia de San Luis. Muchos fortines de aquella época dieron Paisajes Y origen a muchas ciudades de la actualidad.
Con la aparición de las vías férreas, a fines del siglo XIX, este camino comenzó a perder importancia; surgieron alrededor de las estaciones del tren nuevos pueblos que sólo eran servidos por el ferrocarril. Con el desarrollo de la pujante industria automotriz y el incremento del parque automotor en el país, el Congreso Nacional decidió crear la Dirección Nacional de Vialidad en 1932. Por esta razón dicho organismo estatal comenzó a construir en 1935 una nueva ruta que fuera paralela a la vía del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, posteriormente convertido en Ferrocarril General San Martín; siendo nombrada esta ruta como la N° 7.
Algunos cambios del trazado original
Para acceder desde Mendoza a Uspallata, esta ruta pasaba por un lugar llamado los «Caracoles de Villavicencio», un recorrido de montaña con alturas de alrededor de 3000 msnm, y que tenía 365 curvas en todo este trayecto. Debido a la peligrosidad del recorrido, en la década de 1950 se decidió efectuar una nueva traza más hacia el sur, en una zona más baja por el cajón del río Mendoza, este tramo se habilitó en forma precaria en 1961, culminando su pavimentación hasta Uspallata en el año 1971 obra realizada por la Dirección Nacional de Vialidad.
Otra de las zonas que sufrió variaciones en el trazado de la ruta N°7 fue la que se encuentra al sudoeste de la ciudad de Mendoza, en el Embalse Potrerillos, en donde hubo que construir 10 km de carretera en una zona más alta y dos puentes viales, debido a que la ruta sufrió anegaciones por el desborde del embalse. Esta obra se inauguró el 23 de agosto de 2004, este tramo de ruta generó controversias en el período de planeamiento ya que pasa por un yacimiento paleontológico de importancia.
Otro de los inconvenientes fue el debido a la creciente de la laguna La Picasa entre 1998 y 1999, en aquel momento se inundaron 14,5 km de la ruta N°7 entre las localidades de Aarón Castellanos y Diego de Alvear, en el límite entre las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, produciéndose el corte de la ruta el 19 de abril de 1999. Durante casi ocho años este sector estuvo cerrado, recién el 1 de febrero de 2006 comenzó la obra para reconstruir el tramo afectado de la ruta N°7 usando piedras -traídas de una cantera de la provincia de San Luis- las que fueron recubiertas con una malla metálica. En julio de 2006 se pudo unir con piedra basalto ambos extremos de la laguna, con lo que pudieron circular camiones para continuar las obras de alteo de la ruta, que debía seguir hasta que la ruta esté dos metros por encima de la altura máxima del agua.
La obra incluyó un puente de 60 metros de dos carriles, uno por cada sentido de circulación, y un retorno en el centro de la laguna, con una extensión total de 10,5 km que fue abierta al tránsito vehicular el 10 de junio de 2007. Esta construcción fue premiada como la Obra de Ingeniería Vial del año 2007 por la Asociación Argentina de Carreteras que nuclea a todas las provincias, empresas del sector y el Gobierno Nacional.
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