Este pueblo goza no solo de un microclima especial, sino que al ser el más bajo de toda la Quebrada de Humahuaca posee varios sitios de altura para observar desde distintos ángulos la belleza paisajística que lo rodea.
La localidad de Maimará, distante a 82 kilómetros de la capital de la provincia de Jujuy, es un pueblo que goza de muchos sitios de altura que resultan miradores naturales, desde donde se pueden observar diversas postales paisajísticas de la belleza circundante. Una belleza que en algunos casos aún permanece oculta en algunos sitios ya que desde la Declaración de Patrimonio ha sido el poblado menos explotado turísticamente de toda la Quebrada de Humahuaca. Una situación que se ha dado porque gran parte de sus habitantes se dedican a la floricultura, agricultura y en este último tiempo a la vitivinicultura. La fertilidad de su suelo y su microclima le otorgan las condiciones óptimas para la producción de flores, distintas hortalizas y verduras, y de vid, todos productos de excelente calidad. Una cuestión que ha generado un desarrollo progresivo de quienes se dedican a este tipo de actividades, pero existe un porcentaje de la población que está fuera de esos alcances por no pertenecer a ese sistema productivo. Además, en relación a otros pueblos de la Quebrada, que sí han optado por fortalecer su crecimiento basándose en el turismo, han logrado un desarrollo generalizado de toda su población o al menos de gran parte de ella. Es por eso que, desde hace un tiempo, Maimará ha despertado a la realidad de que la industria del turismo puede promover un desarrollo sustentable para todos, ya que el mismo no solo involucra a un sector en particular, sino que genera ingresos económicos para la mayoría. Por esta razón en los últimos meses han sido creadas –por primera vez- dos asociaciones relacionadas al turismo, una de prestadores de servicios turísticos que concentra a hoteleros, gastronómicos, artesanos y otra de guías.
Proyecto Circuito de los Miradores
Esta nueva realidad ha generado que se busquen alternativas para difundir y promocionar a Maimará como una nueva opción dentro de la Quebrada, para que los turistas ingresen al pueblo y conozcan la oferta turística. Para lo cual desde la Comisión Municipal se ha ideado un proyecto sobre un circuito de miradores (en algunos existiría una oficina de información turística y puestos de venta de artesanías) que comenzarían en el paraje de Cieneguillas hasta cerca de San Pedrito; incluyendo también uno dentro del pueblo que estaría ubicado en el Cerro San Martín en la zona de La Banda. Una idea que surgió como bien nos explicó el comisionado municipal, Hugo Cruz, “con el equipo del Área de Turismo de la municipalidad, porque hemos visto que Maimará tiene zonas muy importantes y hermosas para explotar turísticamente, muchos circuitos que muestran paisajes diversos vistos desde distintas ópticas”.
Un proyecto que involucra varias etapas y que ya se encuentra en proceso de gestión, ya que el primer paso, el relevamiento de los sitios escogidos ha sido completado. Un relevamiento que se hizo “con técnicos que lo vieron del lado ecológico, del lado turístico”, tal como lo explicó el comisionado Cruz, y que fue fundamental para “tener un informe y ver de qué manera podríamos implementar estos circuitos”. Un proyecto que se está gestando a través de un programa, por el cual se hizo “un convenio con la UBA con un equipo de arquitectos urbanísticos”, con quienes se han desarrollado una serie de planificaciones con vistas al futuro. Otra de las acciones que se han llevado a cabo para el resguardo de algunos sitios es gestionar ante el gobierno de la provincia la declaratoria de zona protegida, por ejemplo, en el circuito del Puente Natural, en donde se encuentra otro espacio para un mirador. Esta iniciativa, argumentó Hugo Cruz “es la mejor forma de cuidar estos lugares que nos van a traer beneficios para toda la población”.
En cuanto a las gestiones que se han realizado para poder viabilizar el proyecto, el comisionado municipal de Maimará indicó que “el Ministerio de Cultura y Turismo de la provincia ya tiene conocimiento, ya tenemos el apoyo de todos los ministerios, faltan hacer unos trámites en Patrimonio, vamos muy firmes en los pasos”. Un proyecto de gran envergadura en el que se tiene previsto la realización de dos cruces (a través de un puente desde un cerro a otro) en los sectores del Monolito y el Paseo del Cerro de la Cruz, ambos se conectarían al circuito de la Vuelta al Mundo. Esta parte del proyecto ya estaría en un principio aprobada por Vialidad, además de aquellos lugares de la ruta nacional N°9 en donde la banquina es muy angosta por lo que se harían explanadas para el estacionamiento de los vehículos. Una obra de infraestructura turística que “va a generar mucha mano de obra para la gente”, no solo en lo concerniente a los trabajos estructurales, sino porque también se ha planificado que en algunos sectores haya “espacios para los artesanos” para que puedan comercializar sus productos.
El circuito de los Miradores: desde Cieneguillas hasta San Pedrito
El circuito comenzaría con el Mirador de Cieneguillas, una localidad distante a unos seis kilómetros de Maimará, y en la cual ya se comienza a apreciar la belleza colorida de los cerros, con vetas de anaranjado, verde, amarillo y bordó, una vista multicromática complementada con la gran cantidad de cardones existente en esa zona que se asemeja a un bosque de cactus. En ese sitio además de un mirador también está planificándose la construcción de un parador turístico y una oficina de información turística ya que el mismo cuenta con un amplio espacio para la realización de estas obras. Ya en el pueblo de Maimará sobre la Ruta Nacional N°9 se encuentra el conocido Monolito, un mirador construido en 1974, y que actualmente está acondicionado con escaleras y una pequeña explanada para que el turista pueda sacar fotos cómodamente. Éste formaría parte del nuevo circuito denominado Religioso, porque estaría vinculado con el Paseo de la Cruz en donde existe otro mirador natural, el cual ofrece la particularidad de contar con una serie de senderos que se conectan con algunas calles del pueblo. Esto posibilitaría que los turistas pudieran ingresar -a través de este paseo- a conocer la localidad. Desde ambos puntos la vista es magnífica con una panorámica de todo el pueblo y toda la espectacularidad del impactante cerro Paleta del Pintor con sus recostadas laderas coloridas con tintes rojos, amarillos, anaranjados, ocres y rosados. Estos dos miradores se vincularían a través de una gran obra de infraestructura con la Vuelta al Mundo, un recorrido especial para los amantes del trekking.
En el mirador ubicado en el cerro San Martín del otro lado del Río Grande, se tiene otra óptica de Maimará, allí se pueden ver a lo extenso del río los campos de cultivo, los cerros que lo circundan, y a lo lejos hacia el Norte el Pucará de Tilcara y al Sur hasta Tunalito.
Otro de los miradores se encontraría dentro de lo que es el circuito al Puente Natural, en donde la belleza no radica en el colorido sino en las diversas formas que la erosión pluvial ha moldeado en los cerros arcillosos que lo circundan. Aparte de este paisaje a un kilómetro distante del acceso Norte del pueblo se encuentra un mirador que se eleva unos 200 metros con respecto al camino y desde donde se contempla parte de la Paleta del Pintor. Un punto desde el cual sostienen los lugareños que si se observa detenidamente se puede vislumbrar una figura que la asocian al General San Martín, con su birrete, el poncho y montado a un caballo, una ilusión óptica que se da por el delineado contraste de colores del cerro.
El Circuito de los Miradores culminaría en el paraje de San Pedrito, a unos veinte a treinta metros pasando el barrio Sumalagua, un punto desde el que puede observarse otra de las riquezas que tiene Maimará, la fertilidad de su tierra. Desde allí se observa –durante la época de verano- el verde fulguroso de los cultivos de hortalizas y legumbres entremezclado con la vivacidad de colores de las diversas flores. Todo enmarcado con un fondo que muestra la inmensidad de la montaña con parte de su estructura teñida con pinceladas de distintas tonalidades y custodiada por el inmenso y puro cielo azul.
Todas postales únicas que hacen que el Circuito de los Miradores ofrezca al turista una diversidad de vistas panorámicas desde distintas ópticas y puntos que exponen la belleza singular que atesora Maimará.
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