La reserva Ojos del Salar tiene una extensión de alrededor de unos 100 metros cuadrados con espejos de agua que reflejan la inmensidad de la naturaleza. Está ubicada en el centro de las Salinas Grandes, un desierto de sal que cuenta con una extensión mayor a las 12 mil hectáreas, considerado el tercer salar más grande de Sudamérica, ubicado a unos 3450 metros sobre el nivel del mar, y que fuera elegido en mayo del 2019 como una de las 7 Maravillas Naturales Argentinas.
Las Salinas Grandes tiene como origen de formación entre los 5 a 10 millones de años cuando la cuenca se cubrió por completo de aguas provenientes de un volcán. Posteriormente la paulatina evaporación de este líquido y sus componentes, es lo que dio posterior forma a este salar que posee una costra cuyo espesor promedio es de 30 centímetros.
Allí en lo profundo de esa inmensidad se encuentran los denominados Ojos del Salar que son estanques de aguas subterráneas que se encuentran en la superficie de ese extenso desierto blanco, y que se originaron en la misma época de transformación del salar ya que se fueron conformando a medida que se iba formando la sal. Tienen entre 15 a 20 metros cuadrados de extensión y una profundidad de entre dos a tres metros, con una gran concentración de agua que se mantiene constantemente en el mismo nivel.
Estos increíbles espejos de agua son alimentados de manera constante por aguas subterráneas de agua dulce que brotan a la superficie, las que, al mezclarse con el agua salada y el gas carbónico, provoca una reacción química que no permite que en esos sectores se cristalice.
Los Ojos del Salar son, particularmente, una postal única, en la cual, emergen de las entrañas de ese inmenso y casi infinito mar de sal, estos estanques de aguas de un impactante color turquesa, enmarcados a lo lejos por las montañas. Un fenómeno natural extraordinario que para muchos resultará una visita memorable.
Circuito que propone conocer parte del legado cultural
Las comunidades de San Miguel de Colorados, Pozo Colorado y Santuario de Tres Pozos son las concesionarias del circuito Ojos del Salar, además, estas comunidades exponen, en los distintos puestos de venta, parte de su legado cultural manifiesto en las artesanías y la gastronomía local. Desde la apertura del circuito en julio del 2015 se han visto beneficiadas aproximadamente unas 100 familias de la zona, que son las que trabajan directamente con el turismo, entre guías locales y artesanos.
En el tour el turista también podrá conocer cómo se realiza la extracción de sal, una de las prácticas ancestrales que a lo largo del tiempo ha servido de sustento a los habitantes del lugar.
También se pueden encontrar distintos tipos de artesanías talladas en sal y en piedras lajas, además de diversas prendas tejidas hechas con lana de oveja y de llama, y que se realizan con técnicas ancestrales de tejido y teñido. Ambas prácticas son en la actualidad, además del servicio de guías y de la gastronomía que se ofrece al turismo, las fuentes de trabajo y por ende los recursos de subsistencia para la gente de las comunidades.
En cuanto a la gastronomía hay una variedad de productos que van desde las tradicionales tortillas a las brasas, empanadas, asado de cordero o de llama con habas, papas criollas, choclo, queso de cabra, milanesas de llama con papines, que se pueden degustar en la comodidad de las originales mesas y bancos de sal.
Estas tradiciones y costumbres que se transmiten a través de las generaciones se han ido perfeccionando mediante capacitaciones, no solo como guías sino también como artesanos, algo que como ellos refieren les sirve para, “poder trabajar, seguir manteniendo nuestras costumbres, y conservar principalmente lo que dejaron nuestros ancestros”.
La reserva Ojos del Salar se encuentra protegida por las comunidades de la región a fin de conservar y preservar este recurso natural. En el primer parador de la curva se encuentran los guías de las comunidades con quienes se realiza el circuito Ojos del Salar que se encuentra dentro de las Salinas Grandes.
Estos guías especializados y capacitados pertenecen a las comunidades de San Miguel de Colorados, Pozo Colorado y Santuario de Tres Pozos. El circuito incluye la visita a los Ojos del Salar y las piletas de cristalización, con un recorrido de unos 8 kilómetros, entre ida y vuelta, y dura aproximadamente una hora y media. El horario para visitar el circuito Ojos del Salar varía según la época del año.
Invierno: desde las 9 y 30 hasta las 18 horas.
Verano: desde las 9 hasta las 19 horas.
Cómo llegar
Las Salinas Grandes están ubicadas a unos 66 kilómetros de Purmamarca, para llegar se sube por la serpenteante Cuesta de Lipán, se pasa el cruce de las rutas 79 y 52, y se recorre unos tres kilómetros más. El tiempo estimado que se tarda desde Purmamarca hasta llegar a las Salinas Grandes es de aproximadamente dos horas.
Recomendaciones
Llevar anteojos de sol oscuros (a fin de evitar dificultades en la vista) protector solar, protector labial, abundante agua, abrigo (para el horario de la tarde).
Seguir las medidas del protocolo de bioseguridad, como uso obligatorio del barbijo y del alcohol en gel y mantener siempre la distancia.
Otra de las disposiciones del protocolo establece que, para la visita guiada, el guía de las comunidades va indicando el camino en moto y los turistas se movilizan en su propio vehículo.
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