Los Tilcareños de Juanita Tolaba cumplieron 50 años de Fe y devoción junto a la Mamita del Cerro

Fundada en el año 1973 por Norberto Tolaba, esta Banda de Sikuris ha sabido perdurar y fortalecerse en el tiempo. En sus comienzos contaba con 25 integrantes, un número que ha crecido considerablemente ya que actualmente son más de 80 los que la conforman. Una realidad en la que ha tenido mucha incidencia, la Abuela Juanita, quien ha inculcado a través de los años, valores y preceptos que han marcado un legado, el cual ha quedado muy arraigado en niños, jóvenes y adultos.

La historia empieza a escribirse a comienzos de la década del ’70, época en la cual algunos de los integrantes de la que posteriormente fue la Banda de Sikuris Los Tilcareños, tocaban “en la Banda de Territorio Argentino de la familia Roso, que en ese momento era de La Banda y que ahora es Villa Florida”, afirmó César “Chacho” Gayardo. Continuó relatando que por ese entonces, “mi primo Norberto Tolaba que era uno de los más grandes junto a mis tíos, por ejemplo Vicente Tolaba, querían hacer una banda. Mi primo Norberto en ese momento trabajaba en Mina El Aguilar, y un día nos dice -Hagamos una banda pero yo quiero comprar todos los instrumentos, yo quiero hacerme cargo de todo, ustedes busquen nada más que los tocadores-”. Fue así que se compraron los instrumentos, “y nos fuimos juntando en la casa de mi tía Juanita Tolaba que era la madre de mi primo”. La casa de Doña Juanita también fue el punto de reunión para dirimir el nombre de la banda, sobre esto recuerda Gayardo que, “algunos querían ponerle el nombre de Santos, de Vírgenes, y mi primo Norberto, dijo, -No, muchas bandas ya tienen nombres de Santos y Vírgenes, nombres militares, le pongamos Los Tilcareños, si nosotros somos de Tilcara-, bueno dijimos y entonces quedó así”.Comenzaron los ensayos, algo que no fue “muy difícil juntarnos para tocar las marchas, las dianas, los boleros”, ya que, como expuso Gayardo, “la mayoría de nosotros venía tocando en la Banda de los Roso, y otra ventaja era que en aquella época era muy poca la música que se tocaba con los Sikuris”, además de que “eran pocas las Bandas de Sikuris que había acá en Tilcara”.

Se aproximaba la Pascua del ’73, y en ese año, “el sábado víspera de Domingo de Ramos, nos juntamos en la casa de mi tía Juanita a ensayar porque el domingo íbamos a salir a la misa, por eso decidimos que el día oficial de la fundación de Los Tilcareños sea el 15 de abril de 1973. Ese Domingo de Ramos fue el primer día que salimos como banda fundada” recordó “Chacho” Gayardo. Así nacía oficialmente la Banda de Sikuris Los Tilcareños, la cual en ese momento estuvo conformada por, “casi todos familia, habremos sido alrededor de 25”, un año, en el que, no solo fue la primera peregrinación de la banda al Abra de Punta Corral sino que además se producía otro hecho histórico, era también el primer año en el que descendía la Virgen desde el Abra a Tilcara luego de la separación de Tumbaya.

Pero también, en esa primera peregrinación de la banda sucedió algo anecdótico, “en ese año en la revista Gente de Buenos Aires en la primera peregrinación al Abra nosotros hemos salido en varias páginas”, rememoró “Chacho” Gayardo, un hecho que se dio porque “mi primo había hecho hacer un cóndor que es el logo que identifica a nuestra Banda de Sikuris, entonces eso llamaba la atención porque los demás tenían solo el cartel, nosotros además del cartel teníamos el cóndor, que tenía luces y cascabeles y para ese momento era el boom”, enfatizó.

De esa manera, la Banda de Sikuris Los Tilcareños comenzaba a hacer historia, una historia que  ya ha transitado los 50 años de trayectoria.

Doña Juanita Tolaba, la identidad de la banda

Hablar de Doña Juanita Tolaba o de la abuela Juanita, como la nombran muchos integrantes que comenzaron en la banda cuando eran niños, es referirse a “un ejemplo de mujer, de madre, y como integrante de la Banda de Sikuris; porque siempre estuvo, ella subió al cerro con nosotros hasta los 80 años, porque ella iba a cocinar”, recuerda “Chacho” Gayardo, asintiendo además que “Ella tenía mucho amor y era la identidad de la banda”. En toda su vida, Doña Juanita siempre demostró su compromiso ineludible para con la banda porque cuando, “ya faltaba un mes para que llegue la Pascua, se iba a vender a la estación del tren, después cuando se cerró el tren, se iba a vender a la plaza, al mercado, con su canastito, y de esa forma juntaba su plata, para comprar la coca de coquear que repartía a cada uno de los integrantes de la banda antes de salir para el cerro”, también para “comprar la harina para hacer los bollos”. Bollos que amasaba y horneaba ella misma para acompañar el café o el mate cocido para darles a “los changos cuando iban a ensayar”, contó “Chacho” y continuó diciendo, que además, como su tía Juanita “tenía su quinta en ese momento, sacaba su uva, manzanas, duraznos, y los proveía del avio, como ella le decía, a todos los integrantes de la banda”. Doña Juanita Tolaba no tenía ningún salario pero tenía algo mucho más valeroso que era “el amor y el sentimiento a la banda que ella prácticamente también fundó para hacer todo eso”. Acciones que marcan un legado, el cual ahora ha recaído, como lo comentó Chacho Gayardo en “mi mamá, Eulogia Tolaba, que hace lo mismo que mi tía Juana, porque nosotros con la banda antes de subir al cerro, antes de ir a la iglesia a recibir la bendición venimos a la casa de mi mamá y aquí almorzamos con toda la Banda de Sikuris”, además ese día, “una vez que terminan de almorzar ella ya le alcanza la coca a todos los integrantes de la banda”.

Doña Juanita sin dudas ha dejado grabado en cada uno de los integrantes de la banda, su especial forma de ser, tal como lo expresó Tristán Mamaní porque llegar a su casa era, “tener esa calidez de mamá que era para toda la banda, invitarnos un jarro de mate y decirnos para qué uno va al cerro”. Tristán rememoró también que cuando eran niños, Doña Juanita solía decirles, “-Cuando van al cerro tienen que ir de corazón, no se va a jugar, se va a pedir, se va a agradecer. Hay que ir por la promesa, porque si se tiene una promesa hay que cumplir la promesa porque de eso trata a veces la vida-, es una parte espiritual muy arraigada que nos ha dejado, es por eso que tenemos esa devoción, esa alegría de ir al cerro”. Asimismo recordó cuando los acompañaba, “desde abajo, desde las 7 vueltas hasta arriba, alentándonos, diciéndonos -Hay que seguir, hay que seguir-”, igual que “atado su quepi, llevando de la mano a los más chicos”, recuerdos memorables que aún están guardados seguramente en la memoria colectiva de los integrantes de la banda.

De la misma manera, dejó marcado su legado de, “atender a todos los integrantes de la banda, ver que no les falte nada, que todos comieran bien, hacer la comida en el cerro, que no le falte abrigo a los chicos, siempre la atención a los chicos sobre todo, atenderlos de lo mejor y darles de comer a ellos. Ese fue el legado que la abuela Juanita me transmitió y también Don Humberto”, comentó muy emocionada, Lorena Toconás. Un legado que para ella se transformó en una premisa ya que “una vez cuando fuimos a Sixilera, no nos habíamos anticipado de tener comida en Ovejería y yo tenía manzanas para compartir con todos y no comí y le di a los chicos y así hicimos cada uno de los que tenían algo”. Casi al borde de las lágrimas, Lorena continuó recordando que “todo lo que se tenía se compartía, me acuerdo que Don Humberto cuando íbamos en el cerro, él ponía el bombo como mesa y me decía, -Vení Lorena, trae los bollos y la caballa y serviles a todos para que coman-”. Una enseñanza que como bien refirió Tristán Mamaní, “tenemos muy bien marcado de niños que es así”.

Es por eso que por todo ese empuje, esa fortaleza, ese don de madre, que la caracterizó durante toda su vida, los integrantes de la banda decidieron homenajearla, adoptando como nombre, Banda de Sikuris Los Tilcareños de Juanita Tolaba. No solo su nombre quedará marcado por siempre en la banda, sino que sin dudas también todas sus enseñanzas, las que han quedado profundamente arraigadas en cada uno de los integrantes que tuvieron la suerte de poder compartir con ella.

Los Tilcareños de Juanita Tolaba, una banda conformada por una gran familia

En este año 2023, la banda está cumpliendo sus Bodas de Oro, fue un largo trayecto de tiempo, en el cual fue creciendo y fue incrementándose de participantes e integrantes. Cuando se fundó la banda “teníamos cuatro redobles, un bombo y dos platillos, y hoy tenemos diez redoblantes, ocho bombos, cuatro platillos y cuatro varitas”, comentó “Chacho” Gayardo. Por lo cual con el pasar de los años tuvieron que comprar más instrumentos, algo que lograron con mucho esfuerzo haciendo, “rifas, bingos o venta de comidas”. Actividades en las que en algunas, como bien ejemplificó Lorena Toconás también participan “los chiquitos que cuando hacemos rifas salen a vender con mucho entusiasmo”. De esta forma, con la participación de todos, la banda, no solo fue creciendo sino también fortaleciéndose. Un precepto que fue inculcado desde siempre por “Doña Juanita y su hijo Don Humberto”, tal cual lo afirmó Martín Torrejón, quien recordó además que, “ellos siempre decían –Ustedes son la banda, ustedes tienen que seguir, acuérdense que acá somos una familia-”. Una familia que está representada como bien explicó Lorena Toconás por “mucha, mucha gente que colabora, porque detrás de cada integrante hay una familia presente, por eso la banda es de todos, de todas las familias más que nada de Villa Florida, también otras familias de acá de Tilcara, de Jujuy, así que la banda no tiene una sola familia que se haga cargo, somos todos, somos distintas familias que hacemos una sola familia”. Por la que pasaron muchos integrantes, como por ejemplo, “Rolando Tolaba, “Chacho” Valerio, “Chacho” Gayardo, que todavía está con nosotros, Sandro Benicio, son gente que yo me acuerdo que nos enseñaban a separar las cañas y después armarlas. También Olga «Olguita» Peloc que nos dijo que fue una de las primeras que llevaba la varita, Rosita Alfaro que también llevó la varita y  muchas personas mayores, personas que no sabíamos que estaban en la banda Los Tilcareños en sus comienzos y que gracias a Don Huguito Calizaya que nos acercó fotos pudimos conocer”, comentó Tristán Mamaní. Además en estos años anduvieron en distintos lugares, como, “Barrancas, Abdón Castro Tolay, Maimará, Humahuaca, Capilla, Sixilera, Tusaquillas”. Pero sin dudas la experiencia de subir año a año al Abra de Punta Corral es la más relevante, ya que como remarcó “Chacho” Gayardo, “el solo hecho de estar vivos y cumplir 50 años e ir hasta el santuario de la Madre y volver con ella ya es suficiente reconocimiento para nosotros”. Un pensamiento que está plasmado en el poema que los integrantes de la banda escribieron y que resume el sentimiento de cada integrante, expuesto en algunas de sus estrofas: “Cincuenta años de profunda Fe; de dianas, de marchas, de adoración”; “Con el avio y la frazada en la espalda”; “Caminamos la esperanza unidos por amor; promesando a nuestras guaguas; cargándote su cuidado, guía y protección”; “Nos invade la emoción cuando a tu encuentro voy; por eso no hay cansancio, ni frío, ni dolor; solo prima la devoción; Mamita de los Cerros gracias por tu contención; Y por todos los milagros recibidos en estos 50 años de peregrinación”.

El semillero, la continuidad de la banda

La Banda de Sikuris Los Tilcareños de Juanita Tolaba en todos estos años, ha sentado un precedente ya que siempre tuvo dentro de su conformación muchos niños. Una representatividad que siempre estuvo muy marcada, puesto que, como expuso “Chacho” Gayardo, “en la banda nuestra siempre pasó eso, algunos años los papás no los podían acompañar ni los hermanos mayores, pero los chicos querían ir y como siempre hubo esa confianza con nosotros los chicos llegaban ese día lunes para salir con la banda, con su mochilita y acá en la casa terminábamos nosotros de arreglarle y nos hacíamos cargo nosotros, los más grandes”. Afirmando además que actualmente en la banda, “tenemos muchos niños de entre 5 a 13 años, después mucha juventud, hombres y mujeres, y gente grande muy pocos, casi todos mis parientes que estaban en la banda fallecieron, de esa época quedo yo nada más que soy el más grande y algunos integrantes que tienen entre 30 y 40 años”. Esos integrantes que hoy cuentan con 30 a 40 años de edad, son aquellos niños que cuando la banda tenía alrededor de 15 años de existencia, fueron ingresando. Como el caso de Tristán Mamaní, que comenzó a tocar en la banda, “a los 12 años por invitación de Don Humberto”, y que fue creciendo a la par de la banda, asimilando las enseñanzas de “la abuela Juanita y de Don Humberto”. De esa misma época también es Lorena Toconás, quien al igual que Tristán comenzó en la banda, “desde muy chica, tenía doce años y me acuerdo que en ese año no había quien llevara el estandarte, así que la abuela Juanita me lo dio a mí para que lo llevara. Desde ahí empecé a llevar el estandarte siempre, después pasé a la varita y luego a los platillos”, recordando además que en ese momento, “era la única chica, así que estaba entre medio de los varones y entre ellos era como un varón más, siempre hubo ese respeto hacia mí”, algo que marca a las claras el sentido de familia que se profesó desde siempre en la banda. Otro que se sumó a la banda por ese entonces fue Martín Torrejón, quien recuerda que “yo empecé a subir al cerro desde los 12, 13 años. Me recibieron bien los abuelos y siempre me acuerdo de ellos porque me decían- Vení toquemos, te enseñamos- y así sigo hasta el día de la fecha, la verdad que no tengo palabras para agradecerles”, enfatizó. Así se fue formando otra generación, que como bien dijo Tristán, “somos una generación que está y hoy más que nada estamos trabajando juntos por la banda”. Generando “los semilleros”, como les solían decir  Doña Juanita y Don Humberto. Tristán, Lorena, Martín y tantos otros, fueron en su momento parte de ese “semillero”, que hoy se ha transformado en los adultos de la banda, responsables no solo de impulsar la continuidad de la misma, sino de una responsabilidad aún mayor, la de “cuidar y transmitir” a los niños de hoy, “todas las enseñanzas de ese legado que les dejaron Doña Juanita y Don Humberto”. Porque como afirmó Tristán Mamaní, “de eso se trata una Banda de Sikuris, de poder contagiar a otras generaciones lo que es el Sikuri más que nada”.

Por eso como bien lo acentuó Martín, “tenemos que cuidar a los niños porque los años pasan y uno se hace grande y quedan los más chicos que son los que van a continuar con todo esto, y pasarles ese legado que nos dejaron a nosotros y seguir unidos, porque la unión hace la fuerza”.

Una unión que involucra desde el más grande al más pequeño, y que está referenciado en ese sentido de pertenencia, que hace que la continuidad de ese legado no corra riesgos,  porque como mencionó “Chacho” Gayardo, esos chicos de hoy están “muy identificados con la Banda de Sikuris, así que va a ser muy difícil que esta banda se pierda”.

*El Sábado 15 de abril de 2023 se realizará la celebración del cumpleaños de la Banda Los Tilcareños de Juanita Tolaba en el barrio Villa Florida.


 

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