El Museo del Cuarteto refleja la música y el sentimiento popular que marcan la identidad cultural cordobesa

Ubicado estratégicamente en la confluencia de Av. Colón y Rivera Indarte en plena ciudad de Córdoba, el Museo del Cuarteto, inaugurado el 14 de octubre de 2021, recrea en sus vitrinas y en sus paredes la historia de los orígenes de este ritmo musical, que fue reconocido no solo por la Legislatura provincial sino además por el Congreso de la Nación como “Patrimonio Inmaterial”.   

Pensado como un espacio de revalorización, el museo expone en los instrumentos, discos, fotografías, videos, y la colección de trajes utilizados por artistas del género musical, los 80 años de historia de este fenómeno cultural y popular que trascendió fronteras.

De la tarantela y el pasodoble al tunga tunga  

En el recorrido cronológico que plantea la primera sala ubicada en la planta baja, se pueden conocer los orígenes de este género musical concebido por la confluencia de los ritmos musicales que los inmigrantes italianos y españoles que arribaron al país a fines del siglo XIX, trajeron consigo. Tanto la tarantela como el pasodoble, que sirvieron de inspiración, sumada a la impronta rítmico- melódica que supo imponerle la pianista Leonor Marzano dieron origen al ritmo del cuarteto o “tunga tunga”, como se lo conoció desde un principio. No solo la impronta musical de Leonor sirvió para originar un nuevo ritmo sino también parte de su nombre valió para bautizar al primer conjunto de ese género musical naciente, el Cuarteto Leo. Que hace su debut radiofónico por LV3 Córdoba el 4 de junio de 1943, una fecha que en el 2013 la Legislatura cordobesa instituye como el “Día de la Música Popular de Cuarteto”, no solamente en homenaje al Cuarteto Leo sino también en memoria de Manolo Cánovas, fallecido el 4 de junio del 2000 y quien fuera el alma mater de Tru-la-la, otro grupo histórico de la música cuartetera.

Desde aquellos inicios y pasando por los principales referentes musicales todo está representado en este espacio, a través de gigantografías, material audiovisual, fotos, biografías de los artistas, declaraciones, anécdotas de los solistas y grupos que consolidaron al Cuarteto no solo a nivel local sino también nacional. Con representantes como el Cuarteto Berna, Carlitos “Pueblo” Rolán, “Coquito” Ramaló, fundador del Cuarteto de Oro, Tru-la-la, La Barra y por supuesto, no podían faltar los máximos expositores de este ritmo popular, como Carlos “La Mona” Jiménez, quien, en el año 1986, a través de su canción “Quien se ha tomado todo el vino” llevó al Cuarteto a ser una expresión nacional; y Rodrigo que con su carisma hizo vibrar y cantar “Soy Cordobés” a más de 100 mil personas durante sus 13 shows en el Luna Park y a otras tantas más en su gira por el país.

Allí, además, se resume la evolución del Cuarteto en el transcurso del tiempo, desde aquella primera conformación orquestal del Cuarteto Leo compuesta por piano, acordeón, contrabajo y violín, hasta las orquestas que incorporaron nuevos instrumentos como teclados, cuerdas, percusión y vientos de bronce que generaron una nueva fusión con ritmos latinos que le otorgaron al Cuarteto una nueva rítmica sin perder su esencia. Uno de los grupos que marcaron esa nueva transición musical del Cuarteto fue Chebere, banda madre de muchos cantantes que posteriormente en su carrera como solistas hicieron historia dentro de la música popular cordobesa, como Sebastián, el Negro Videla, Pelusa, entre otros.

Asimismo, en ese mismo recinto hay un espacio sonoro de recreación para los visitantes denominado el “Rincón del baile”, en donde se exhiben temáticas relacionadas al Cuarteto y ambientado como un escenario bailable de los años ’50.

La sala también se nutre de tesoros invaluables, como el acordeón de Miguel Gelfo, integrante del legendario Cuarteto Leo, discografía de distintas épocas con infografía sobre el aporte del Cuarteto a la industria musical del país, o los guantes de boxeo utilizados por Rodrigo en sus presentaciones en el Luna Park de Buenos Aires.

Es por eso que el Cuarteto es mucho más que una expresión musical que comparte la mayoría de los habitantes de Córdoba, es un sentimiento que se mama desde la cuna y que forman parte del ADN cordobés, tal cual lo grafica uno de los tantos papelitos pegados en el “Rincón interactivo de fanáticos”, que dice: “El Cuarteto, desde los 3 años en mi vida y sangre cordobesa”. De esta manera, la primera sala expone el espíritu de un ritmo musical que fue ganando no solo espacio sino adeptos a través del tiempo, desde sus comienzos en aquellos bailes populares del interior de Córdoba hasta su inserción en el ámbito nacional, haciendo bailar a todos los estratos sociales.

Distinciones, moda y contexto socio político

La segunda sala situada en la planta alta del Museo del Cuarteto está dedicada a atesorar el piano en el cual “Coquito” Ramaló interpretó los éxitos de su Cuarteto de Oro, y los cuadros colgados engalanan las paredes de este recinto con distinciones a artistas de distintas épocas. También el espacio muestra la indumentaria original utilizada por varios referentes en sus shows, prendas que fueron donadas por los artistas o por familiares de los mismos.

De la misma manera, en los ploteos que recubren las paredes de los pasillos de ingreso a la sala se exhibe el contexto socio-político de la época del Cordobazo, un hecho histórico protagonizado por trabajadores, estudiantes y ciudadanos de la ciudad de Córdoba. Asimismo, se referencia a la dictadura militar y su “política de silenciamiento” en contra del Cuarteto por considerarla una expresión de la clase baja. Algo que queda manifestado en las declaraciones impresas allí de Carlos “La Mona” Jiménez, “Ellos se creían más cultos, pero la cultura la hace uno mismo, y la cultura del pueblo si quiere ser alegre y divertida no la puede parar nadie”. Y vaya cuánta verdad tenía esa expresión del máximo ídolo que tiene el Cuarteto, ya que, ni la embestida silenciadora de la dictadura militar pudieron acallar a esta expresión musical que fue extendiéndose a lo largo y ancho del país, dando más fuerza a la frase de esa canción que dice, “Al tunga tunga no lo van a sepultar, el ritmo de Cuarteto nunca, nunca morirá”. Porque hoy sigue estando más vivo que nunca, con nuevos representantes que siguen cultivando este ritmo pegadizo que está presente en cada reunión familiar y en los bailes populares de cada fin de semana. Siendo este museo un lugar imperdible para quienes visiten la ciudad de Córdoba y quieran conocer y reconstruir la historia de este género musical que resume el sentimiento de la mayoría de los cordobeses, porque Córdoba es Cuarteto, pueblo y alegría.

Días y horarios de visita al Museo del Cuarteto

Martes a sábados de 10 a 19, con entrada libre y gratuita.

Dirección del Museo

Avenida Colón esquina Rivera Indarte

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