Iglesia de San Pedro de Challacollo: un Patrimonio arquitectónico erigido durante la segunda mitad del siglo XVI

Fundada por la Orden Agustina en la época colonial, es una de las más antiguas del Departamento de Oruro, además fue declarada Monumento Colonial, Histórico y Cultural en el año 2006 mediante Ley N° 3356 por el Estado Plurinacional Boliviano de Evo Morales.

Bolivia en toda su extensión guarda tesoros invaluables, desde los heredados por las diversas etnias que ocuparon el suelo boliviano conformando civilizaciones dignas de admiración por todo el legado cultural que dejaron; hasta las construcciones materiales que se hicieron durante la época de la conquista, como las iglesias. Una de ellas es la de San Pedro de Challacollo que conjuntamente a la plaza -en torno a la cual construyeron sus casas las principales familias y las autoridades civiles- fueron en tiempos coloniales los espacios utilitarios que dispusieron, en este caso los agustinos, para impartir la doctrina religiosa a los originarios y como centro de recreación comunaria. Esa confluencia de credos tuvo como resultado una riqueza etnográfica de costumbres y tradiciones que aún hoy fluyen vívidamente en la Iglesia de San Pedro de Challacollo; punto de encuentro en festividades como la de la Virgen de la Asunción el 19 de agosto o para el 29 de junio en donde se honra al Patrón de Challacollo, San Pedro. Festividades a las cuales no solo asisten los habitantes del poblado de la Sub Alcaldía de Challacollo, dependiente del Municipio de El Choro, sino además los de comunidades aledañas. Para llegar a San Pedro de Challacollo se lo puede hacer en automóvil a través de la ruta nacional N°12 en un recorrido de aproximadamente unos treinta minutos ya que se encuentra distante a unos 22 kilómetros de la ciudad de Oruro. En San Pedro de Challacollo se puede recorrer sus calles y fascinarse con las antiguas casas policromáticas que rodean la plaza y apreciar su arquitectura de antaño con sus techos hechos de paja. Pero sin dudas la principal atracción turística es la Iglesia Colonial que es uno de los patrimonios arquitectónicos, históricos y culturales más antiguos de la región.

Esta iglesia colonial posee una estructura construida de mampostería de adobe, de una sola nave con techo a dos aguas, recubierto de tejaroz, con una imponente torre que sirve de campanario a uno de sus costados, la cual se yergue sobre una base sólida seguida de dos cuerpos que culminan en una pequeña cúpula. En su fachada –restaurada en el año 2003 y la que hoy muestra signos del erosionante efecto del sol y la lluvia en los revoques de barro y la pintura a la cal de sus muros exteriores- se destacan las dos columnas que sostienen al arco de medio punto en donde se encuentra el portón principal pintado de color celeste. En su interior se destaca el techo restaurado hace algunos años atrás, que aún conserva ese trabajo realizado luciendo un impecable maderamen, el cual contrasta con la pintura de las paredes y el deteriorado piso de tablones de madera que muestran el desgaste del paso del tiempo. También puede verse el magnífico Presbisterio -el cual también fue restaurado hace algunos años- de dos plantas y tres calles, realizado en mampostería de ladrillo, revoque de yeso y un excelente acabado en los detalles de las policromías que le otorgan una resaltante luminosidad. En su calle central se destaca la imagen de la Virgen María con su mirada al cielo, sus manos extendidas y en cuyo brazo izquierdo cuelga un rosario, más arriba deslumbra el excelso óleo de San Pedro pintado sobre el muro atrial. A los costados reposan distintas imágenes de santos, como las de San Pedro, San Santiago, entre otros. Al costado derecho del Altar Mayor se encuentra una urna vidriada con la representación del Cuerpo Yacente de Cristo, la cual es transportada en la procesión que se realiza para Semana Santa. En las paredes laterales de la nave se observan algunas hornacinas y pequeños altares que guardan imágenes de Santos y Vírgenes, como la de San Cayetano y Cristo crucificado, entre otras; intercalados con los pequeños cuadros que representan el Vía Crucis. Una particularidad es que en su interior también se observan algunos estandartes antiguos pertenecientes a los pasantes en advocación a la Virgen Asunta o de la Asunción. Este fantástico legado caracteriza a la Iglesia de San Pedro de Challacollo como un símbolo latente del patrimonio cultural de la región heredado por los ancestros.

 

La Orden Agustina y su vínculo con la Iglesia de San Pedro de Challacollo

Durante el siglo XVI el territorio americano fue epicentro de la empresa colonial destinada a la fundación de ciudades para el aprovechamiento de los ricos descubrimientos y la evangelización, los que estuvieron regidos bajo un ordenamiento laboral y administrativo, tarea que desarrollaron en favor de la Corona Española, los encomenderos. Uno de aquellos personajes inescrupulosos y ávidos por lograr incrementar su patrimonio y prestigio fue Lorenzo de Aldana, quien estaba vinculado a los círculos de poder de los primeros conquistadores. Estas relaciones lo llevaron a que en el largo plazo pudiera lograr su objetivo, ser beneficiado por la corona con una suculenta encomienda de bienes y propiedades en la región del altiplano de Oruro. Antes de morir, el encomendero en su testamento del año 1568 solicita a la Orden Agustina la administración de sus bienes en favor de la etnia de los Urus, acción que algunos historiadores replican como una manera de limpiar de pecados su alma. A raíz de esta solicitud los agustinos disponen iniciar la labor evangelizadora trasladándose desde México hasta la zona de Paria fundando los conventos de Challacollo y Capinota.

 

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