Cultura y Producción; dos factores preponderantes de los festivales del interior de Humahuaca

Desde los primeros días de enero hasta marzo se llevan a cabo diversos eventos en varias localidades del interior del Departamento, en los cuales, además de exponer su riqueza cultural, enarbolada en el canto de la copla, por ejemplo; también dan a conocer otros tesoros, algunos se aprecian con el paladar, otros con la vista. En estos festivales queda demostrado la cultura que se respira a diario en toda la región.

Los festivales del interior del departamento de Humahuaca que forman parte del Alborozo Humahuaqueño tienen un gran sentido comunitario, porque exponen no solo el aspecto cultural sino también el de las relaciones sociales y comerciales.

En cada festival organizado durante el verano desde las primeras horas de la mañana los productores rurales de la zona se congregan para mostrar los mej ores productos agrícolas que logran cosechar de sus siembras, motivados por el afán de participar de los concursos que se hacen y tal vez lograr obtener algún premio. Otro factor muy importante que se da en estos festivales es compartir con otros productores agrícolas, desde experiencias hasta la búsqueda de soluciones a las múltiples necesidades que tienen, y que son inherentes a casi todos, como la obtención del agua para riego, la construcción de defensas en las márgenes de los arroyos y el combate a las diferentes plagas.

En tanto la música, el canto de la copla, el sonido de los instrumentos andinos o propios del lugar como el acordeón, inclusive el baile, llevan a la gente, como bien lo mencionó el Intendente de Humahuaca, «Lito» Herrera, «a conservar el arraigo a su tierra, a que tenga sentido de pertenencia, y sentirse orgullosos de pertenecer a una región», un puñado de sentimientos que han logrado mantener intacta la cultura de las comunidades del interior del Departamento. Una tarea constante que implica colaboración y apoyo en la organización de estas manifestaciones populares, en ese aspecto uno de los productores puntualizó que «fue importante la logística del municipio. También fue una alegría compartir con la gente las manifestaciones populares como el festival del Acordeón, que es un símbolo de Calete», festejos que se dan generalmente en esta zona «a finales de la cosecha».

 

Producción agrícola

Los productores rurales no están a la espera de subsidios que los ayuden en el desarrollo de su actividad, muy por el contrario, ellos trabajan arduamente para transformar la zona en una región productiva; de manera que sea autosustentable y económicamente sólida, con el objetivo de encarar nuevos desafíos basados en proyectos de fortalecimiento y crecimiento para el sector agrícola. Que, en definitiva, junto a la ganadería —cabras, ovejas- son el principal sustento de las comunidades del interior de Humahuaca y fundamentalmente fuentes de ingreso y desarrollo permanente.

El trabajo de las comunidades es arduo, no solamente en esta etapa del año -la de la cosecha sino en todo el proceso de producción, desde el barbecho (preparación de la tierra) hasta la comercialización del producto, ya sea en los mercados locales o en otras partes de la provincia.

Para sostener todo este proceso productivo que culmina con la comercialización, se necesitan herramientas básicas, como el transporte, y la capacitación; aportes que brinda a los productores el municipio, que pone a disposición los camiones y el asesoramiento de los técnicos, quienes dictan talleres y charlas — mediante programas que llegan desde el Ministerio de Desarrollo Rural- tendientes a lograr un mejor aprovechamiento, del suelo, del agua disponible para riego, a fin de incrementar el nivel de calidad de los productos. Un trabajo que ha permitido un desarrollo altamente positivo en la actualidad, y que se ha logrado por el continuo acompañamiento al productor «desde el inicio de la siembra con el aporte de tractores, distribución de abono y en algunos casos de semillas», algo que como indicó Herrera es prioritario. De esta manera el avance del sector agrícola ha sido posible a través de un esfuerzo mancomunado entre el ente municipal y las comunidades de los pequeños pueblos del interior del departamento de Humahuaca, como Calete, Ocumazo, Valiazo, Cianzo, Huasadurazno, entre otros.

En este proceso de fortalecimiento regional se ha tenido en cuenta la premisa establecida por los gobiernos, tanto provincial como nacional, de trabajar en forma permanente brindando colaboración a través de entes gubernamentales como la Agencia de Desarrollo o el Ministerio de la Producción. Un trabajo que consiste en sostener los emprendimientos locales, trabajando con quienes desarrollan actividades genuinas, apoyando las producciones ya sean agrícolas, ganaderas o artesanales; a fin de crear fuentes de ingresos económicos para los pobladores de la Quebrada de Humahuaca y de la Puna.

 

Valor agregado de los productos agrícolas

Los festivales que se desarrollan en las zonas rurales, terminan convirtiéndose en ferias en donde los productores de la región venden todo tipo de productos; los recién cosechados, los elaborados, como dulces, licores, entre otros y los artesanales. Una modalidad que como enfatizó Marcelo Gualampe, referente del Área de Desarrollo Rural, deberían «hacerse este tipo de exposición en toda la Quebrada de Humahuaca para que se expongan los productos y sean comercializados». Ya que en «esta congregación de agricultores» tal como la describió- queda demostrado que «estos productos tienen un gran valor porque la comunidad no trabaja con agroquímicos, es decir el producto es totalmente orgánico», otorgándole «un valor agregado» a los mismos. Un dato que no es menor, más aún en esta época en donde muchos de los productos agrícolas no cumplen con su ciclo natural, esto debido al uso y hasta abuso de fertilizantes, pesticidas, una serie de agroquímicos que aceleran el proceso normal de crecimiento de los cultivos.

En cambio, en estas tierras lejanas del interior de Humahuaca «cada producto andino» cumple con su ciclo natural, aquí «la gente espera el tiempo de maduración para cosechar, no busca tener una rápida producción, ni un gran tamaño, busca que el producto tenga un gran sabor», aseveró Gualampe. Pero esta es solo una de las opciones para acentuar ese «valor agregado» del que gozan los productos cosechados en la región, ya que como pudo verse en el Festival de la Zanahoria y del Acordeón llevado a cabo en la localidad de Calete- los productores también hacen derivados de algunos productos lo que representa otro valor agregado. Por ejemplo, a la zanahoria para darle mayor utilidad en el tiempo la disecan, también elaboran licores y utilizan el zumo de esta hortaliza para agregarle a la masa de pizza, cubriendo la misma con otro producto autóctono de la zona, el queso de cabra, así elaboran «una pizza totalmente regional y artesanal».

Esta diversidad de elaboraciones que los productores le dan a la zanahoria es algo para «destacar», así lo manifestó Gumercindo Alancay, quien además agregó que estos productos son «altamente recomendables tanto para la gente de nuestra provincia como para las de otros puntos de Argentina que llegan a visitar esta región». Pero para llegar a esta excelencia en la calidad de los productos expuestos y comercializados por productores de distintos puntos del departamento de Humahuaca como Ocumazo, Valiazo, Cianzo, entre otros, se deben conocer algunos saberes ancestrales. En ese conocimiento es fundamental conocer, qué agua del río sirve para la producción agrícola, cuál es la más adecuada para los cultivos y cuál directamente no es aconsejable como agua de riego.

Esa sabiduría fue aportada por un productor de apellido Yurquina, que llegó de Huasadurazno (un paraje ubicado cerca de Uquía), explicando que «el agua colorada no sirve para el cultivo de zanahoria, tiene mucho barro lama, es improductivo, si se riega con esta agua el gusano aprovecha para penetrar en el producto y luego no se le puede eliminar porque se aloja en el centro de la zanahoria», una plaga que «ni el veneno lo elimina porque el insecticida no penetra la planta».

Continuó desglosando su saber diciendo que «la mejor agua para la siembra es la negra, porque tiene muchos microorganismos que son buenos para alimentar a las plantas. También sirve el agua marrón porque tiene abono», mientras que «el agua blanca tampoco sirve porque tiene restos de minerales que son nocivos para la siembra». El como tantos otros había llegado al festival, al cual describió como «el lugar de encuentro para los productores», es por eso que «van a Calete todos los años para mostrar sus productos», un encuentro que aseguró «nos fortalece al observar el producto que otros agricultores alcanzan», en esa muestra de sana competitividad, esforzándose más para lograr alcanzar la mejor producción. Son pequeños productores que no utilizan maquinarias, todo el proceso productivo está dado «por la mano del hombre».

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