El museo inaugurado en el año 2017 resguarda el tesoro cultural de una colección de 4000 piezas arqueológicas pertenecientes a la cultura comechingona, aportadas por José Eduardo Heredia.
Conservar el legado patrimonial de las sociedades del ayer fortalece ese vínculo intangible del pasado con el presente que ayuda a preservar no solo la memoria histórica sino, además, mantener viva la cultura de una región.
Es por eso que esta propuesta refleja ese precepto de enriquecer, aún más, el valor histórico de la ciudad de Alta Gracia, un centro turístico ubicado a unos 35 kilómetros de la capital cordobesa, que cuenta con un extenso patrimonio, como, las antiguas estancias jesuíticas de “Santa Catalina” y “Alta Gracia” (declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO). La segunda alberga el Museo Nacional “Casa del Virrey Liniers”; antigua residencia de los sacerdotes de la “Compañía de Jesús”.
El Museo Arqueológico Municipal es otro espacio de cultura que se fue forjando en el año 2013, cuando Eduardo Heredia, se acercó a la Municipalidad de Alta Gracia manifestando su intención de entregar en forma voluntaria la colección recogida por su padre. Una valiosa colección de objetos de la cultura comechingona que José Eduardo Heredia, un apasionado de la investigación y de la arqueología, halló en las excavaciones que realizó, allá entre los años ‘40 y ’60, en sitios arqueológicos de los Valles de los Reartes y de Paravachasca. A lo largo de ese tiempo pudo recolectar unas 4000 piezas arqueológicas que exhiben los materiales utilizados por estas primeras civilizaciones que habitaron parte de la Región de las Sierras Centrales, y que son representativos del período anterior a la conquista española.
Esa colección quedó bajo la guarda de la Municipalidad hasta tanto se realizaran las gestiones ante el Gobierno de la Provincia de Córdoba, (quien es, de acuerdo a la legislación vigente, la propietaria de este tipo de bienes), para generar la posibilidad de que fuera Alta Gracia, el lugar donde se pudieran exponer y custodiar estas piezas.
Ya en el año 2017 se celebró la inauguración del “Museo Arqueológico Municipal” MAM que abrió sus puertas en una vieja casona -que dispone de tres salas y un patio- ubicada en la calle Olmos 167 de la ciudad serrana. La apertura de este importante emprendimiento cultural, tal cual lo referenció el intendente de Alta Gracia, Facundo Torres, es un “espacio que reconstruye el perfil histórico de la historia de Alta Gracia y viene a completar el relato de toda la historia de la región”. Es por esto que el proyecto contó con el apoyo del Gobierno de la Provincia de Córdoba que entregó una ayuda económica por 80.000 pesos.
Además, el Museo Arqueológico Municipal es un aporte al legado de la cultura Comechingón, un espacio pensado para preservar, conservar y difundir la historia de los primeros habitantes del Valle de Paravachasca, que lo poblaron al menos desde el 900 d.C.
Los objetos arqueológicos allí exhibidos son el reflejo del pueblo de los Comechingones y sus costumbres, y son, a su vez, un estímulo para conocer su historia a través de actividades lúdicas en un interactuar con los visitantes. De esta manera se crea un ámbito de aprendizaje dinámico y distendido que invita, no solo a escuchar sino también a participar, a través de preguntas y del imaginario colectivo para asimilar el grado de significancia que estos objetos tenían en el uso cotidiano de aquellos primeros pobladores de la zona.
Es así, que el museo expone aspectos de la vida de esta antigua civilización dedicada primordialmente a la agricultura y la ganadería, narrando su historia a través de sus objetos, como las estatuillas de figuras antropomorfas hechas de barro y arcilla vinculadas a su ritualidad.
Además, pueden observarse vasijas de cerámica y fragmentos de cerámica moldeadas utilizadas para el desarrollo de sus técnicas de tejido, como así también instrumentos líticos (de piedra) filosos y también moldeados como morteros, que permiten reconstruir las actividades cotidianas de aquellos antiguos pobladores.
En el Valle de Paravachasca, aún hoy, existe una comunidad comechingona en pleno proceso de reafirmación de su cultura y este espacio museístico que resguarda los testimonios de su pasado, rescatando a través de sus piezas arqueológicas la memoria de sus antepasados, también fortalece su vínculo con el presente revalorizando su civilización como parte fundamental de la reseña histórica de Alta Gracia.
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